Maria Cecilia Parada es oriunda de Berisso, dedicada a la docencia hace más de 25 años, apasionada por la trasmisión de conocimiento y valores. Con una mente inquieta y multifacética, se involucra en todas las actividades educativas y culturales del barrio, convirtiéndose en una referente indiscutible para la comunidad.
Tuvimos el privilegio de conversar con ella en el marco de los 154 años del barrio de La Boca, uno de los rincones más emblemáticos y fotografiados de Buenos Aires.
Iniciando el camino por La Boca…
Llegada al barrio en 2011, sin trabajo, decidió instalarse en la feria de Caminito como artesana de crochet y, al mismo tiempo, dar clases particulares.
En ese momento, la idea de volver a la escuela primaria le parecía poco atractiva. Tras una breve experiencia en el Instituto Nuestra Señora Madre de los Inmigrantes, sintió que había perdido su vocación y decidió dar un paso al costado. Sin embargo, el destino le tenía preparada una sorpresa. Al tiempo de ese momento crítico se presentó un un acto público, donde surge la oportunidad de cubrir un cargo de nivelación en la escuela N°9. Sin saber muy bien qué implicaba, aceptó el desafío. Al llegar a la escuela, descubrió que se trataba de la Escuela Museo “Benito Quinquela Martín” y que su tarea consistía en alfabetizar a niños de distintas edades. Ante la noticia del posible cierre de la escuela, debido a la supuesta falta de alumnos, se sintió desconcertada y comenzó a buscar soluciones. Nos confiesa con lágrimas en los ojos que “le rezaba a Quinquela, como a un santo, le pedía a él por los pibes del barrio”.
Después de ese episodio, se va a trabajar en Berisso, cerca de La Plata, en la coordinación de patrimonio cultural, “esa experiencia fue enriquecedora, me permitió adentrarme en el mundo de la gestión pública. Con anterioridad, ya había tenido contacto con el ámbito cultural en La Boca, donde colaboraba en el Centro de actividades infantiles. Escuela 9 d.e. 4. “Benito Quinquela Martin” dictando clases de apoyo y talleres. También, en el Centro Cultural Ernesto Sábato, había desarrollado un proyecto fotográfico. Junto a fotógrafos profesionales, junto a ellos, los alumnos recorrieron La Boca y la Isla Maciel, capturando imágenes que luego fueron expuestas en la ribera.”
Fue entonces cuando decidió especializarse en patrimonio cultural, matriculándose en el Posgrado de Gestión Cultural, Patrimonio y Turismo Sostenible de la Fundación Ortega y Gasset Argentina. Esta etapa resultó ser un punto de inflexión, ya que le permitió establecer valiosos contactos y ampliar su visión en diversos ámbitos.
Por aquellos años, profundizó sus conocimientos en curaduría y se inscribe en el curso de curaduría doméstica dictado por Santiago Villanueva en la Usina del Arte. Sobre esta experiencia, nos cuenta: “en ese momento descubrí que me apasionaba mucho. Fue durante este curso que conocí a estudiantes de la carrera de Curaduría en la UNA y, tras investigar la carrera, ¡me enamoré!”.
La carrera la culmina con una presentación en el Museo de la Cárcova, donde explora la interrelación entre el arte y el territorio a través de la circulación artística. La investigación se propuso cuestionar los mecanismos que legitiman o excluyen ciertas prácticas del campo estético. Este tema cobra especial relevancia en el caso de Cecilia debido a su vínculo con La Boca, un barrio donde el arte está presente en todas partes.
Con todo lo que pasó con la pandemia, ¿Qué hiciste para seguir participando en la vida del barrio durante la pandemia?
En 2022, en el marco de la pandemia, se produjo un cambio de autoridades en el Museo Histórico de La Boca tras el fallecimiento de Rubén Granada Insua. Con Rubén teníamos en conjunto un proyecto para acercar a los niños al museo, el cual lamentablemente no pudo concretarse.
Durante esos meses de pandemia, me comuniqué con Martín Scotto (actual director del museo), que está al frente de El Trapito, lo llamé porque quería buscar la manera de ayudar a los chicos, buscar materiales, no podía quedarme sin hacer nada. Desde 2018 soy profesora de Lengua y literatura y coordinadora del área de Comunicación y Expresión de la ET 31 de Artes Gráficas “Maestro Quinquela”, pasé de la primaria a trabajar en secundaria y me enamoré nuevamente de la profesión. Cuando fue la asunción de autoridades me dice que me quiere distinguir con el cargo de “Ministra de Instrucción Pública de la III Republica de La Boca”. Para mí fue un honor, sentí un reconocimiento y a la vez un mandato, por supuesto, me lo tomé muy en serio.
Actualmente estoy desarrollando una ponencia para un Congreso Internacional de Patrimonio y Material, centrada en la circulación y resignificación del lunfardo entre adolescentes de La Boca. Mi investigación analiza cómo estos jóvenes se apropian del lunfardo tradicional del barrio, originario de principios del siglo XX, y a su vez crean nuevos vocablos a partir de sus consumos culturales. El congreso esta avalado por el Museo Histórico de La Boca, así que voy como embajadora de la Republica de La Boca. Los martes estoy en el museo, específicamente en el archivo, donde tengo mucho trabajo por delante.
¿Cómo equilibras todas tus responsabilidades (docencia, cultura, estudios, el barrio) con los familiares?”
Mi compañero es mi gran apoyo. Desde que se jubiló, me ayuda muchísimo con las cosas de casa y con la nena. Reconozco que a veces estoy con miles de cosas en la cabeza. Yo tengo mucha energía, no puedo estar encerrada en casa, me volvería loca.
¿Tenes alguna actividad artística más para sorprendernos?
Es que tengo el sí flojo (¡nos reímos!) una vez al mes doy clases de danza árabe. Es un encuentro de mujeres, donde también charlamos y compartimos un buen momento. El taller lo doy en “Pirpintos”, un lugar muy lindo, cálido, ubicado en el barrio de Barracas y también en el querido teatro Verdi. No busqué trabajar también los fines de semana, pero fui convocada a hacerlo por varias mujeres del barrio y no pude decir que no.
Continúo perfeccionándome en danza, tomando clases con Maiada, considerada una de las principales exponentes de la danza egipcia en Argentina. Aunque llevo casi 20 años bailando árabe, me animé a explorar este nuevo estilo. Estudié danza árabe hasta tercer año de profesorado, en la Arabian Dance School de Amir Thaleb, pero tuve que interrumpir mis estudios por motivos familiares. Sin embargo, conservo una sólida base técnica. Para mí, la danza tiene que tener un fuerte componente cultural, por eso elegí una danza milenaria y creo que bailar será parte de mi vida hasta el final.
¿Cuál es tu opinión sobre la situación actual del campo artístico en nuestro país, teniendo en cuenta tu amplia trayectoria y aportes?
Es terrible la situación que estamos viviendo, No solo enfrentamos un recorte de recursos, sino también un preocupante desinterés por el arte. Olvidan que el arte transforma, contiene, arma comunidad, es una salida sana y creo que la salida siempre es colectiva. Esto es peor que un avasallamiento: es un ninguneo, como que todo da lo mismo. Insisto, la sólida es colectiva y este barrio lo ha demostrado y los artistas tenemos que tratar de estar unidos. No nos pueden decir que nuestra carrera no vale. Acaso nadie mira una película, o escucha una canción, ¿quién crea todo eso? Hay un artista, alguien laburo para realizarlo. Es importante que se entienda que el arte es un trabajo, es una profesión… sería bueno hacer una huelga artística y que nadie tenga programación de nada. Me gustaría ver que hace la gente. Obviamente es imposible, pero serviría para tomar conciencia.
En resumen, 25 años de trayectoria y una búsqueda incesante de superación han consolidado a Cecilia como un referente indiscutible. Su liderazgo y compromiso con la comunidad la convierten en un ejemplo inspirador para mujeres, jóvenes y todas aquellas personas que anhelan alcanzar sus metas. Gracias a su trabajo colaborativo con organizaciones locales, ha contribuido significativamente a fortalecer el tejido social de La Boca.
Durante nuestra charla con Cecilia, me quedo una frase que me resonó profundamente: “No se puede amar lo que no se conoce”. Y es verdad, para descubrir la magia de La Boca hay que sumergirse en su historia. Teniendo en cuenta esas palabras ¿por qué no venís a hacer un recorrido cultural? te aseguro que será una experiencia inolvidable.
Lugares de interés cultural mencionados
Museo Histórico de La Boca: Av. Almirante Brown 1399 – La Boca.
Museo Benito Quinquela Martín: Av. Don Pedro de Mendoza 1835, La Boca.
Usina del Arte: Agustín R. Caffarena 1, La Boca.