El director y dramaturgo Ignacio Bartolone presenta los lunes a las 20:30hs La obra pública, una pieza teatral que trabaja sobre la identidad nacional o, más precisamente, el concepto de “arte nacional”.

La trama transcurre años antes del primer centenario patrio, en el marco de un clima de conflicto social y tiempos en que el Estado se propone legitimar y promover a los artistas para fundar las bases del arte argentino.

En este contexto surge un escultor porteño, interpretado por Julián Cabrera, que busca financiar un proyecto monumental. El protagonista, inmerso en el nuevo sistema de legitimación, convierte su atelier en un viaje de deseos, anhelos, miedos, temores y ansiedades narrado en su escritura más íntima.

Ignacio Bartolone: “Todo empezó con el deseo de escribir un trabajo para que lo actúe Julián. La génesis tiene que ver con algo más de equipo, con escribirle un material a él. Al ser amigos nos conocemos mucho y eso es una zona privilegiada porque nuestra forma de trabajo no se deterioró, al contrario, cada vez es más fácil trabajar juntos”, explicó Bartolone.

Después de “La madre del desierto”, espectáculo que escribió, dirigió y presentó en el Teatro Nacional Argentino en la temporada de 2017, le surgió la necesidad de trabajar sobre nuevas formas discursivas del habla: “Sentía que había algo de la zona geográfica que estaba agotada y me interesaba pensar en un material urbano”, comentó.

Ciertas lecturas me habían llevado por algunos recorridos de escritores que hicieron grandes libros sobre personajes apócrifos o imaginados; por ejemplo Marcel Schwob, J.R. Wilcock, Roberto Bolaño, Borges entre otros tantos que me inspiraron. Entonces surgió la idea de un viaje inmóvil. Alguien que esté viviendo en presente un montón de cosas que, sin embargo, están en un diario”, agregó el dramaturgo.

Los pilares de la nueva producción de la compañía “La espada de pasto” que tiene funciones presenciales en Espacio Callejón son: Un atelier, una estatua y la transcripción del alma de un artista que persigue reconocimiento, grandeza y legitimación. Una propuesta que vuelve a trabajar sobre la identidad y el mito fundacional desde la mirada de un escultor que busca financiamiento para un proyecto imposible: Erigir estatuas gigantes de próceres nacionales por todo el país.

Antes de la pandemia, con la idea del viaje inmóvil y la voz de su amigo dictando los remates, comenzaron los ensayos: “Mi forma de trabajo es en simultáneo, escribo la obra y voy montándola. Durante un tiempo hay como una zona de incertidumbre porque no tengo mucho material escrito y no abro lo que me pasa, pero para mí es un trabajo que está buenísimo porque, justamente, lo que escribo tiene que ver con lo que veo”, explicó Ignacio Bartolone sobre el proceso de sus materiales.

Durante el montaje, la propuesta sonora -realizada en escena por Franco Calluso– y el diseño lumínico -Creado por Claudio Del Bianco– aparecieron como apoyo para el desarrollo del unipersonal. Para el director había un claro sentido en acompañar al protagonista y a los elementos afectivos y narrativos que acontecen: “La obra tiene mil situaciones, pero nunca dejas de ver una persona en su atelier, con su escritorio y su estatua tocando música. La intención fue proyectar una suerte de cartografía del alma, en donde todo lo que se cifrará en términos sonoros y lumínicos fuera una especie de alquimia emocional. Que se produzca muy en relación a lo que le sucede emocionalmente al escultor”.

Además, al trabajar sobre un artista y los espacios de legitimación, el espectáculo atraviesa similitudes contemporáneas en torno al desarrollo y el circuito de la actividad cultural. Si bien son asociaciones implícitas, la trama y la puesta sugieren una descripción cómica que abre nuevos sentidos: Entre sueños y fantasías del escultor, un programa cultural de aire -Guionado por Juan Laxagueborde- realiza una efeméride y revisita sus obras. Un giro que terminar de configurar la historia apócrifa del nacimiento del arte experimental argentino. “En La obra pública lo que está claro es que; en los movimientos de anhelos, deseos, vilezas y desesperaciones que el protagonista transita; hay una suerte de empatía o reflejo a lo que puede ser la vida de un artista en Buenos Aires. Es cierto que pretende hacer un guiño y tomar partido por algunas voluntades, pero la realidad es que también funcionó como estrategia para que la ficción pase por lugares que son el alma de esta persona”, aclaró Bartolone.


Ficha técnica

Con: Julián Cabrera, Franco Calluso | Música original y diseño sonoro: Franco Calluso | Diseño de movimiento: Florencia Vecino | Diseño de vestuario: Merlina Molina Castaño | Dirección de arte: Merlina Molina Castaño, Jorge Sesán | Diseño de iluminación: Del Bianco Estudio | Producción audiovisual y fotografía: Lucera TV | Participación en vídeo: Valeria López Muñoz, Alix Cobelo | Diseño gráfico: Leo Balistieri | Prensa y difusión: Marisol Cambre | Producción ejecutiva: Joaquín Sesma | Producción general: Malena Schnitzer | Asistencia de dirección: Victoria Béhèran | Dramaturgia: Ignacio Bartolone, Juan Laxagueborde | Dirección: Ignacio Bartolone.

Espacio Callejón (Humahuaca 3759 – CABA) / Funciones: Lunes 20:30hs / Entradas: $700 – Estudiantes y jubilados $600.

La obra pública es una producción integral de la compañía La espada de pasto, y cuenta con el apoyo de PROTEATRO, Mecenazgo e Instituto Nacional de Teatro.